Status
abril 27, 2010
noeliacausapie
Todos conocemos en mayor o menor medida la definición de status, sabemos que hace referencia a la posición o la situación que tiene una persona respecto a los demás. En la mayoría de los casos, lo relacionamos con la escala social o económica a la que pertenece la persona.
En el texto, concretamente, se utiliza éste para tratar de mejorar las actuaciones de los actores, de tal manera que puedan experimentar con él, subiendo o bajando éste, intentando que cambie, etc.
En mi opinión, el status está relacionado directamente con lo que las otras personas, el grupo, piensan de él, por tanto no depende de lo que la persona es o hace, sino de lo que los demás piensan que uno es.
Ahora bien, aunque conocemos su definición, muchas veces somos incapaces de percibir cuál es el nuestro, nos cuesta mucho posicionarnos y, en ocasiones, la persona no es consciente de su status. Por esta razón, me parece interesante el artículo, porque trabaja para que la persona pueda tomar conciencia de las transacciones que en él se producen. El status se puede enseñar, podemos trabajar con él, aspecto curioso que no me había planteado.
Diversos autores han tratado de explicar de qué depende éste, y entre otras ideas destaco las siguientes:
– El reparto de tareas en un grupo, conlleva una valoración de cada miembro del mismo en función de la labor que realicen, de su competencia en el desempeño de la tarea y el grado de compromiso que adquiera en ella.
– Se otorga status a un individuo en función de la influencia que tenga en el grupo, respecto a la toma de decisiones que haya que tomar en él.
– Las preferencias en el grupo conlleva la jerarquización entre sus miembros.
Un aspecto importante a tener en cuenta, es que influye directamente en la autoestima de la persona, de tal manera que las personas con status alto suelen tener alta también su autoestima. Todo ello conduce a tener una seguridad en nosotros mismos, una satisfacción personal, ser capaz de asumir los propios errores para poder enmendarlos, tener confianza en nosotros mismos, etc.
Desde mi punto de vista, es un pilar fundamental porque si no aprendemos a querernos y a valorarnos a nosotros mismos, no estamos en condiciones de pedir que otros nos quieran y nos valoren.
A medida que nos vamos valorando, que somos conscientes de nuestras posibilidades y de nuestras limitaciones, somos capaces de percibir que cada persona es diferente, que tiene un status, que no importa si es más alto o más bajo, sencillamente que es distinto al nuestro y hay que respetarlo.
Cuando apreciamos nuestra persona adquirimos la seguridad y confianza en nosotros mismos.
Quizás lo más relevante sea que el status existe siempre en relación con los otros, por eso se establece un orden jerárquico en la sociedad. Por ello, me parece interesante terminar esta reflexión con la siguiente frase que se señala en el artículo: “es importante que entendamos que pertenecemos a un orden jerárquico y que esto influye en los más mínimos detalles de nuestra conducta”.
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